Gracias al romanticismo de Maximiliano y a su melancolía por las calles francesas, los habitantes del Distrito Federal pueden presenciar la más hermosa de las calles de todo el país y por unos instantes olvidar el trafico y caos citadino.
La mayor recomendación que se puede dar sobre este hermoso cuadro es la de darse el tiempo de caminar sobre ella, ver las exposiciones temporales tanto escultóricas como fotográficas (en las afueras del bosque Chapultepec), presenciar los bustos que emulan personajes históricos donados por cada uno de los estados de la república, sorprenderse por las estructuras correspondientes a museos y edificios aledaños y sentir ese fluir de la historia y la modernidad.
En esta ocasión la exposición escultórica cayo en manos de Jorge Marin y es titulada “Las alas de la ciudad” en tenor con los festivos del centenario y bicentenario de la revolución mexicana y la independencia de `México.
De forma bastante vistosa y original, los diferentes hombres alados de Marin embellecen más la avenida Reforma, hogar del personaje alado más famoso y querido en nuestro país: El Ángel de la Independencia